Preparan el terreno para volver a hipotecar la Argentina
Hoy, junto con mis compañeros del bloque del PJ-FPV, fuimos expectantes a la Apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación a escuchar medidas concretas del presidente para corregir el rumbo preocupante de sus primeros tres meses de gestión. Lejos de recibir algún tipo de explicación sobre la mega devaluación, los despidos masivos y el tarifazo a los servicios, Macri destinó la mitad de su discurso ante la Asamblea Legislativa a describir la supuesta “pesada herencia” recibida al llegar al gobierno.
Las cifras distan bastante con este panorama presentado. Solo por dar unos ejemplos, el propio FMI concluyó que la economía argentina creció un 1,5% durante el 2015, lo cual contradice el panorama recesivo presentado por el presidente; la inflación, por su parte, venía en baja, dato certificado por el propio Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que publicó una desaceleración de los precios de 33,6% en 2014 a 19,7% en el 2015; en materia de empleo, entregamos un país con una desocupación rondando el 5%.
Este escenario de crisis y emergencia dibujado por el presidente tiene un único y central objetivo: justificar la “necesidad” de acordar con los fondos buitre a cualquier costo. El agujero fiscal y la fuga de divisas generada por medidas imprudentes como el fin de las retenciones al agro y la desregulación del mercado de cambio, han dejado al nuevo gobierno en una situación de desesperación y urgencia, pésimo escenario para cualquier negociación. Es por esto que intenta presenta como una “exitosa negociación” un acuerdo en el que sólo se hace lo que pide el juez Griesa sin presentar resistencia alguna.
Como representantes de los ciudadanos que nos han elegido para defender las conquistas de estos 12 años, no podemos convalidar esta hipoteca del futuro de nuestro país ni dejar de ser firmes en nuestro rechazo a este nuevo intento de endeudamiento del Estado argentino.
Es preocupante también la ausencia de referencias a planes concretos para el fortalecimiento de la producción, la industria nacional y las economías regionales. Tampoco hubo precisiones respecto a incentivos al consumo interno, fundamental para sostener los puestos de trabajo de las industrias y pymes, ni expuso medidas para paliar la inflación descontrolada de estos meses, atada a la devaluación sostenida que ha llevado al dólar a más de $16.
Todos queremos vivir en un país mejor, más igualitario y más seguro, pero no coincidimos en que el ajuste, el tarifazo, la represión y el endeudamiento sean el camino para lograrlo. Anhelamos el consenso y los acuerdos en función de políticas de Estado que garanticen el bienestar y la unidad de todos los argentinos, pero esto solo será posible en un país con más trabajo, más derechos y mayores libertades para todos.
En 2003 Néstor Kirchner asumió la presidencia con 24,3 % de desempleo, 45,8% de pobreza y una deuda externa que equivalía al 166% de nuestro PBI. Fácil hubiese sido para él excusarse en el país heredado y volcar las culpas sobre otros. Ni un segundo desperdició y sin vacilar encaró la reconstrucción de la Patria y la dignidad de la gente. Estamos convencidos que el rumbo que el inició y que Cristina Fernández de Kirchner profundizó son el camino para hacer grande a la Argentina. Con convicción y firmeza trabajaremos día a día para que así sea.
Nota de Opinión: Martín Pérez
