Hace apenas unos días volvimos a tomar conocimiento a través de los medios de comunicación, y no mediante ningún comunicado oficial, sobre un nuevo capítulo de la entrega de nuestra soberanía: reuniones secretas llevadas a cabo entre el Gobierno Argentino y el Reino Unido para avanzar en materia de conectividad aérea de empresas privadas entre nuestro territorio continental y las Islas Malvinas.
De esta forma, ambas Cancillerías avanzan con la hoja de ruta acordada a través del infame acuerdo conjunto (denominado Foradori-Duncan) que fuera firmado el 13 de septiembre de 2016, en el cual nuestro país aceptó las imposiciones del Foreign Office Británico para remover todos los obstáculos necesarios para el desarrollo de las Islas en materia de conectividad aérea, pesca y explotación de recursos naturales.
Este acuerdo y sus postulados son inconstitucionales. En primer lugar, porque facilitar la permanencia y expansión del enclave colonial británico va en contra de lo establecido por la Cláusula Transitoria Primera de nuestra Constitución Nacional, tal como lo ha explicitado el experto en la materia Armando Abruzza, quien fuera también el redactor de esta disposición constitucional en la Asamblea Constituyente de 1994.
Pero, también, porque a casi dos años de la firma del tratado bilateral con el Reino Unido, el mismo sigue sin ser remitido al Poder Legislativo para su tratamiento, lo cual es un atentado contra la República y un acto de ilegalidad mayúsculo, que tiene como agravante referir a una política de Estado como es nuestro reclamo soberano sobre las Islas Malvinas.
Este hecho se suma a lo que hemos denunciado como una deliberada de desmalvinización de la política exterior argentina. El cambio de mirada y posición por parte de la gestión Cambiemos solo ha ido en detrimento de nuestra histórica posición. Es inaceptable que se hable de acciones conjuntas para el control de la actividad pesquera en el Atlántico Sur con una potencia colonial que viene sistemáticamente potenciando su capacidad militar en la zona. Es necesario ser claros en este punto. La base de Monte Placentero enclavada en nuestras islas es una amenaza constante contra la seguridad y la paz nacional y regional.
Desde el Congreso de la Nación continuaremos advirtiendo este peligroso giro e insistiendo en la necesidad de defender siempre nuestra posición histórica en materia de soberanía en el Atlántico Sur. Por eso, insistiré en el tratamiento de un proyecto presentado en el año 2017 para garantizar la exclusividad de Aerolíneas Argentina en lo que refiere a la conectividad aérea con las Islas Malvinas desde nuestro territorio continental.
